domingo, 25 de febrero de 2018

Speedy no cede a chantajes

Aunque no estoy totalmente descontenta con el desarrollo de la Semana Internacional de las Tareas Pendientes, lo cierto es que, como era previsible, no acabé la larga lista que me quedaba por hacer. Ello unido a que se está produciendo una reedición del Complot de los Electrodomésticos coincidiendo con su séptimo aniversario (en plan Reencuentro de OT) da como resultado que mi superguarida podría usarse perfectamente como plató de la peli "Esta casa es una ruina" y quedarían unas escenas geniales. Os lo digo desde ya.

Pero el retorno del Complot tenía que traer alguna novedad para que no se cumpla eso de segundas partes nunca fueron buenas y lo que añade esta nueva edición son toques de humor. Ironía fina, incluso. Y ahora me vais a entender.

Por ejemplo, se casca el ordenador. Normal, entre curro y ocio le doy una tralla que no está en los escritos. Pero, ¿cómo se estropea? Pues en plan vacilón para tocarme las pelotas y que no entienda nada de lo que está pasando. De repente, unas letras del teclado funcionan y otras no sin, al parecer, lógica ninguna. Al menos yo no se la encuentro. No están en la misma línea del teclado, ni siquiera en la misma zona. Pero bueno, vale, podría hacer un acto de fe y pensar que esos botones se relacionan de alguna manera en la placa del teclado y que por eso les afecta el mismo problema. Bien, no termino de tragármelo, pero tira que te va.

El problema es que la coña va más allá y resulta que esas mismas teclas sólo se estropean a ratos. Lo enciendes y no van, para que no puedas poner tu clave de usuario y acceder al sistema. Como eres más lista que el hambre y te habías creado otros usuarios sin clave, entras y la gracia ya no sirve, así que después de cinco minutos las teclas rebeldes desconvocan la huelga y funcionan. Van bien un rato, hasta que tienes que poner la contraseña del correo, momento en el que, ¡ay amigo! vuelven los paros parciales. Esto te cogió desprevenida el primer día, pero el graciosillo del ordenador repite sus estrategias y a partir del segundo ya te sabes el tema, por lo que en uno de los navegadores has dejado tus datos recordados y también puedes acceder. ¡OHHHHHHHHHHH, qué pena!!¡Speedy1-Computadora 0!

Pero la hija de perra no se rinde y para que te confíes deja al teclado funcionar unos minutos, hasta que te pones a escribir en el blog. En ese instante, ¡oh, sorpresa!, las teclas huelguistas vuelven a ejercer sus derechos. Que me parecería bien si hubiéramos negociado unos servicios mínimos a los que yo me pudiera adaptar para seguir con mi vida, pero es que conmigo ni el tato ha negociado nada. Y allí me veis, oyendo mentalmente los jajas jijis de ordenador mientras escribo entradas sin sentido porque un texto sin emes, jotas, ues y eñes no hay quien lo entienda. Que a veces dan ganas de decir "¡compro la n y resuelvo!", a ver si en plan Ruleta de la Fortuna la cosa mejora algo.

También os digo que mi computadora no sabe con quien se ha topado, que Speedy es mucha Speedy y por las buenas lo que quieras, pero por las malas... por las malas a cabezota no me gana nadie. Así que me dedico a copiar y pegar las emes, jotas, ues y eñes que faltan de algún documento previamente guardado hasta completar todas las palabras y que los párrafos tengan sentido. ¿Que es un trabajo de chinos? Sí. ¿Que me merece la pena por no ceder al chantaje del hijo de perra de mi ordenador? También. Si mi computadora necesita un relevo porque han sido muchos años de abnegado servicio tecnológico a la causa pues vale, me parece incluso razonable, todos nos merecemos una jubilación tranquila. Pero que lo hable tranquilamente, que hablando se entienden la gente y las máquinas (casi siempre). Que lo solicite por los cauces legales, en los plazos establecidos y SOBRE TODO sin tomaduras de pelo de jajajiji cuando yo quiero sí y cuando no me da la gana no, porque conmigo tonterías las justas.

Roma no paga a traidores y Speedy no cede a los chantajes informáticos.

He dicho.

6 comentarios:

  1. Yo tuve un problema similar con un ratón que hacía doble click siempre aunque yo sólo quisiera hacer uno. Y luego quería copiar algo y no podía seleccionar nada, en cuanto lo soltaba desaparecía lo seleccionado.

    Tú no te rindas. Aunque también te digo que no se va a arreglar por sí solo :)

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  2. A mi me habría vencido jejeje. A mi a veces me falla pero es inalámbrico y es por mala conexión

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  3. Qué jodío el ordenador... va a su bola total...
    Resiste lo que puedas pero te digo desde ya que tienes las de perder.
    Besos!

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  4. Y digo yo: ¿si le presentamos el ordenador a mi lavadora, que lleva una época refunfuñando sobre cuándo centrifugar y cuándo no? A lo mejor les apetece echar unas parrafadas en binario...

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  5. Lo de cambiar las pilas al teclado o comprarte otro por 20 euros ni lo consideras no?
    Ecdlc en modo espabilau.
    Bss

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  6. Doctora, ya me temo que nos e va a arreglar, ya, sólo puede ir a peor. Pero cachondeitos los justos, ¿no? jajaja

    PapaCangrejo, los inalámbricos son un horror, yo tuve que volver al cable tradicional, me entraban instintos asesinos. ;P

    Maribel, qué pocos ánimos me estáis dando, de verdad. jajaja

    Mannelig, ni hablar de parrafadas en binario, que luego encima se sienten acompañados y radicalizan sus protestas y paros parciales. Lo de centrifugar también me pasó a mí, pero por suerte la cosa es que con unos programas le daba la gana de centrifugar y con otros no, así que pongo siempre el programa con el que si le apetece centrifugar (me venga bien a mi o no) y apañado. Es ceder a un chantaje igual, pero es un chantaje menor. jajaja

    ECDC, el rebelde es un PORTATIL, comprarme un teclado por 20 euros no es una opción disponible. La cosa se complica bastante más con carcasas selladas y demás mandangas. Pero vamos, se agradece la sugerencia y se agradece aún más que pienses que soy tan íntegra que no cedería al chantaje aunque la solución fuera tan fácil... O lo que es más probable que crees que soy tan lela que no se me había ocurrido. jajaja

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.