jueves, 30 de marzo de 2017

El monstruo de ojos rojos

Shakespeare llamaba a los celos el monstruo de ojos verdes. No sé si tenía un nombre así de molón para la ira, pero me vendría de perlas para esta entrada. Porque este post va de eso: de la rabia, de la cólera, del temperamento, del genio... De la mala leche, vaya, para entendernos.

Y es que yo de eso tengo para dar y regalar. Mi mala leche no es grande, es enorme, gigante, descomunal. TITÁNICA. Tengo una mala leche de flipar. No lo parece porque llevo años entrenando para controlarla y no la saco a pasear prácticamente nunca. Bueno, de hecho NUNCA. Cuando sale, no la saco yo, se me escapa.

Por suerte, apenas me ocurre. Intento evitarlo a toda costa porque salirse del tiesto me parece una falta de educación y un signo de debilidad. Si la ira se te apodera, pierdes el control. De repente no eres tú, eres un monstruo de ojos rojos que no tiene ningún poder sobre su comportamiento. No puede elegir lo que dice, cómo lo dice, en qué tono lo dice. No puede escoger las palabras, la brusquedad de los gestos, la furia de la mirada. No puede prever la gravedad de las consecuencias de sus actos Y si las prevé, se la refanfinfla.

Mantengo a mi monstruo encadenado en el sótano más recóndito de mi cerebro porque si sale, no soy capaz de volver a meterlo hasta que la ha liado parda y ya no hay vuelta atrás. Controlo a mi monstruo por mi y por los demás. Porque lo exige la educación, porque es lo que hace falta para vivir en sociedad. Por eso, cuando otros me montan pollos a mí (cosa que ocurre mucho más a menudo de lo que me gustaría) me llevan los demonios. Ellos, con sus rabias diminutas, con sus cóleras microscópicas, creen que me dominan, que me achantan a base de gritos y malas maneras. Y lo que yo pienso mientras tanto es algo así:

"Mira, débil mental. Como diría David el Gnomo, tengo siete veces más mala leche que tú. Se te pondría el pelo blanco de la bronca que podría echarte. Me aguanto porque tengo más educación, más estilo y más clase que tú. Me aguanto porque como libere a mi monstruo me va a costar la vida misma volverlo a encerrarlo. Pero en serio, por tu seguridad, deja de tocarme las pelotas, porque no sé cuánto más podré contenerme"

Madre mía, qué ganas de azuzarles mi monstruo a unos cuantos. ¡Qué ganas!

Me estoy ganando el cielo.

lunes, 27 de marzo de 2017

Grandes hits para un detector de mentiras

Hay bastantes cosas que estoy llevando mal en esto del ligoteo on line. Una de ellas es, sin duda, las preguntas a bocajarro. No sé qué manía tiene la gente de disparar cuestiones así, a lo loco, como proyectiles de ametralladora. Yo soy de las que piensa que para tejer una buena conversación hace falta, como en todo, un precalentamiento. Si no te conozco de nada lo último que me apetece es contarte mi vida. Lo lógico es empezar por algo neutro, poco personal, que tengamos en común. Templar la gélida temperatura inicial con alguna tontada. Y después si eso ya eso. Vamos, digo yo, ¿eh? Que tampoco pido la luna.

Me refiero a que si a los dos nos gusta El Coche Fantástico empecemos hablando de las series más míticas de los 80, que las risas están aseguradas recordando los momentazos de El Equipo A o Mc Gyver. Que si los dos somos fans de Faemino y Cansado charlemos primero de sus sketches más divertidos y así por lo menos nos partamos la caja. Que si a los dos nos gustaría ir a Nueva York en nuestro próximo viaje, comentemos para empezar los sitios que más nos apetece conocer de la ciudad que nunca duerme. Vamos, lo que viene siendo precalentar para cuando vengan las preguntas incómodas.

A la mayoría de la gente lo del calentamiento previo ni les suena y las preguntas incómodas llegan en el minuto 1. Y encima son doblemente incómodas: porque son personales y porque a la mayoría de ellas, en realidad, ni yo misma sé responder. Como para contárselo a nadie. Salgo del paso como puedo, pero esto es lo que tendría que decir para superar la prueba del detector de mentiras.

-¿Qué buscas?
Sé que quieres que responda que un polvo ahora mismo, pero no, lo siento. No quiero sexo casual, pero tampoco soy de los que necesita pareja a toda costa, me da igual 8 que 80 y me agarro a lo primero que pase. No sólo no me conformo con cualquier cosa, sino que me parece un CRIMEN hacerlo y que lo hagan conmigo. Lo que busco es conocer a alguien que me guste. Que me llegue un whatsapp suyo y se me escape una sonrisa. Que me apetezca verle a todas horas, pero que me deje espacio para que los dos hagamos cosas por nuestra cuenta. Que podamos hablar de todo. Que me muera de ganas por contarle mis locuras. Eso es lo que busco. Y si eso está, lo demás llegará por sí mismo.

-¿Te gusto?
Teniendo en cuenta que he hablado contigo dos milésimas de segundo y que la foto que pones en tu perfil puede ser la tuya real o la del anuncio de "Ya es primavera en el Tajo Inglés", pues no, hijo mío, no, por supuesto que no me gustas. Pero ni tú ni nadie en esas circunstancias. A lo mejor me has parecido interesante, o ingenioso o simpático. A lo mejor no me importaría conocerte más o quedar en persona para ver si más adelante me gustas. Pero ¿ahora mismo? Pues no, hijo mío, no. Milagros en Lourdes.

-¿Y esa trayectoria sentimental?
Primero: es requeteprontisisisisimo para tener la conversación de los exs. Y segundo: esa es la pregunta del millón. Ya me gustaría a mí saber por qué me va como me va en asuntos cardíacos. Porque tengo un Cupido más vago que el sastre de Tarzán y con complejo de ángel de la guarda... Yo que sé tronco, pregúntale a mi angelote alado, a mí que me cuentas.

-¿Y esa trayectoria laboral?
Otra de los grandes misterios del Universo. Estoy leyendo mucho últimamente sobre que hay que responsabilizarse de la vida y que lo que nos pasa lo provocamos nosotros, pero no sé... sinceramente no creo que sea totalmente aplicable a mis temas de curro. Porque yo he hecho lo que se suponía que tenía que hacer, lo que han hecho muchos otros a los que les va bien y aquí estoy, batiéndome el cobre cada día para mantenerme a flote. Así que, chico, ni idea. Si tú llegas a alguna conclusión, ya me la contarás. Me muero de curiosidad.

Estos son algunos de los grandes hits, pero hay más. Y todos disparados a bocajarro, sin avisar, sin precalentamiento y sin un mínimo de mentalización previa. Y luego que esto del ligoteo on line se me hace bola. Pues claro...

miércoles, 22 de marzo de 2017

La superpoderosa ermitaña de las cumbres

Contra todo pronóstico, sobreviví a la batalla encarnizada que mis anticuerpos libraron contra un violento virus la semana pasada. Fue una lucha sin cuartel que terminó bien, pero que me dejó para el arrastre. Tuve dos infernales días de curro para recuperarme y el finde no se me ocurrió otra brillante ida que irme de excursión. A la nieve. Para desconectar y tal. Claro que sí, guapi.

El caso es que yo creía haberme apuntado a un día tranquilo de pasear y tomar el sol en la montaña. Y bueno, nada más lejos de la realidad. Lo pensé porque mi amiga (desde el otro día, EXAMIGA) me vendió la moto del relax y la tranquilidad, pero es cierto que yo tampoco supe reconocer las señales: si te dicen que además de las raquetas de nieve alquiles crampones y piolets lo mínimo es olerse la tostada un poco. Pero yo, que estaba medio convaleciente del proceso viral superado por mi cuerpo hacía nada, no me cosqué ni miaja. Y así pasó lo que pasó, claro.

Que por poco desaparece una superheroina de la llanura para aparecer una ermitaña superpoderosa en las más altas cumbres. Y es que no sé cómo el ligero y agradable paseo previsto se convirtió en una extenuante subida por paredes de hielo que me llevaba, no hace falta ni decirlo, con la lengua fuera. Iba la última de la expedición al más puro estilo Evans en este temazo de Mecano.



Y si subir fue un problema, ni os quiero contar bajar, por laderas completamente verticales escurridizas a más no poder y con unas preciosas vistas que dejaban más que claro que si perdías el equilibrio bajabas rodando y sin obstáculos hasta los pies de la montaña. Unos 2000 metros de nada. Lo que se dice un descenso rápido y efectivo. Así que te agarrabas a cualquier saliente con pies, manos y las pestañas, si te descuidas.

Sorprendentemente, ahora me duelen músculos del cuerpo que no sabía que existían. No sé por qué será...

miércoles, 15 de marzo de 2017

No, hoy no hay entrada

Escribiría algo para cumplir con mi dos entradas semanales pero estoy al borde mismo de la mismísima muerte. Si ECDC tenía opresión yo tengo combustión interna. No sé qué tipo de virus está atacando mi organismo, pero mis anticuerpos lo están combatiendo con tal fiereza que el campo de batalla (es decir el reverso de mi cuerpo serrano) arde en llamas. Me queman las vías respiratorias. No me pican, ni me escuecen. Me queman. Me abrasan de tal manera que me lloran los ojos. Las lágrimas hacen espejo con el sol y cuando voy por la calle apenas puedo mantener los párpados abiertos. Estoy por comprarme un bastón de esos que usan los ciegos, no os digo más...
Así que para resumir: 

-No, hoy no hay entrada.
-Y sí, os tengo presentes en mi testamento. 

Tenedme presente vosotros también en vuestras buenas intenciones y deseos, que estoy al borde mismo de la mismísima muerte.

Sin exagerar.

viernes, 10 de marzo de 2017

Excusas

Bla, bla, bla, bla... Obras son amores y no buenas razones. Todo lo demás son cuentos chinos. Que no te la den con queso.


 

martes, 7 de marzo de 2017

Dificultades on line

No se puede decir que no le esté poniendo voluntad a esto del ligoteo on line, pero hay que reconocer que el tema es más difícil de lo que parece. Igual es porque a mi no me va mucho esta modalidad ligoteril o porque no estoy entrenada, pero creo que también tiene algo que ver que hay cada un@ por ahí que ¡jodo!, para qué os voy a contar. Aunque bueno, pensándolo bien sí que os lo voy contar sí, porque algunos de los perfiles que me he encontrado son de agárrate y no te menees. Y hablo de ellOs y ellAs. Madre-del-amor-hermoso.

-Están los optimistas totales y superpositivos.

"La verdad es que había abandonado esto y volviendo me encuentro, las mismas caras, las mismas fotos... lo cual me demuestra que este sitio no funciona... No creo que esté aquí la chica que busco, pero quién sabe"
Madre mía, qué buena actitud, no veo el momento de empezar a hablar contigo.

-Están los que se ponen a pedir y se quedan solos.

"Chica humilde, educada, con caracter, lista, guapa, con buen cuerpo....con la cabeza bien amueblada, culta, con estudios."
Por supuesto que sí, hijo mío, lista, guapa, limpia, hacendosa, dócil, de buena familia y puestos a exigir que también sea millonaria, con una casa en Malibú y con avión privado. Y lo de los estudios es fundamental, sobre todo teniendo en cuenta que una línea más abajo tú has puesto que no sé qué era "bonito y Vello", bello con V. Claro que sí. Consejos vendo y para mi no tengo...

-Están los que van de graciosos y tienen la gracia en ... bueno, no sé donde la tienen, pero yo no se la encuentro

"Quiero una chica no-calva.... no-vívora.... y si me pone un chalet en Mallorca.... mejor que mejor"
¡Qué chispa! No me digas más, te vas el verano que viene de gira con Las Virtudes, ¿no?

-Están los ingenuos de la vida

"No contesto a perfiles sin foto"
Haces bien, pero deberías ser consciente de que en esta web el 50% de la gente pone imágenes de la última campaña publicitaria de Mango o fotografías suyas, pero de hace más de dos décadas. Así que si lo que más en cuenta tienes es la foto... ¡buena suerte!

-Están los que eso de la concreción no les suena de nada

"Busco una mujer normal"
Pues, chico, a estas altura de la película, define normal.

-Y las que concretan a más no poder

"Que tenga mas que un bachillerato, piercings , tatuajes, gafas, lado friki, ser alto jajaj que usen colonia (parece una tontería pero pff, chicos, en serio, nos encanta)"
¿Y un lunar en un punto determinado de detrás de la oreja no pides? Porque si no tiene una peca en esa ubicación exacta no sé qué vas a hacer con él...

Y esto es sólo una pequeña muestra de lo que me estoy encontrando por ahí. ¿Ahora me entendéis cuando os digo que el tema está difícil?

viernes, 3 de marzo de 2017

Mi Cupido de la Guarda

No es un secreto por aquí que el Cupido que me ha tocado en suerte no es muy trabajador que digamos. Desde luego, no creo que le de un ataque al corazón por el estrés que le generan mis asuntos, vaya. Él me suelta en el ruedo amoroso, así sin burladero, capote ni ná de ná y allá me las componga. Y bueno, así me va como me va, claro.

El caso es que estaba mi angelote con la mosca detrás de la oreja con esto de mis intentos de ligoteo on line. Creía el pobre que se le iba a amontonar el trabajo del éxito que yo iba a tener con el tema. Y bueno, visto el discurrir de las primeras semanas, el querubín ya está bastante más tranquilo. Tranquilo nivel comprarse un sofá para esperar cómodamente a que me canse de intentarlo. Con eso os lo digo todo.

La cosa es que con el sofá le han vendido un látigo que le está viniendo al pelo. Porque mi Cupido particular tiene, además de toda la vagancia del mundo concentrada en su cuerpo celestial, complejo de ángel de la guarda. Él hacer algo para que las cosas fluyan no hace, pero para provocar cortocircuitos cuando considera que el candidato entraña algo de riesgo le falta tiempo, ¿sabes? Y para eso el látigo le viene que ni pintado, claro.

Y ahí le veis, repanchingado en el sofá viéndome escarbar entre montañas de opciones masculinas que ni fu ni fa cuando, de repente, doy con un tipo distinto. Original, listo, ingenioso. Con atención al detalle, que lee... ¡y que escribe! (Los nervios de Cupido se tensan.) Y no sólo escribe sino que escribe con gracia, con franqueza, diciendo cosas diferentes de forma diferente. (Cupido se incorpora y adopta postura de acción.) Su estilo es fresco, espontáneo, casi como si le oyeras hablar en vez de leerle. Como un bloguer, vaya. Uno de estos bloguers encantadores, canallas y pelín vivalavirgen. (Saltan todas las alarmas celestiales y...)

¡¡¡¡ZAS!!! 

Latigazo al canto.

"Sentimos informarle de que el usuario ha abandonado la aplicación"

Así que sólo me queda una cosa por decir:

"Cupidito de la Guarda, eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón... Que sí tronco, que sí, que se veía de lejos que ese era un vivalavirgen que me iba a llevar un poco por la calle de la amargura a largo plazo, pero joer, colega, para uno que encuentro, déjamelo un ratito, anda... tómalo, tómalo, tuyo es, mío no"

Encima de vago, amarrategui. Qué joyita de Cupido, oye.