jueves, 14 de julio de 2016

El botón de off

Es difícil de creer dado mi nombre y mis superpoderes, pero para algunas cuestiones soy lenta. Lentísima. Soy calmada a la hora de confiar en alguien nuevo. Llevo un ritmo relajado cuando se trata de dejar entrar a alguien en mi vida. Y me convierto en una auténtica tortuga en el momento de empezar a querer a alguien. Da igual si hablamos de amor o amistad, me cuesta un mundo abrir mi corazón. Un-mun-do.

Será por eso que tardo lo mismo o más en hacer el camino inverso, en sacar a alguien de mi vida. Algo muy gordo tienen que hacer y durante mucho tiempo para mandarles a freír espárragos. Incluso cuando ya lo he hecho, porque no me han dejado otro remedio, en realidad siguen ahí, alojados en mi músculo aórtico. Ellos nunca lo sabrán porque jamás lo admitiré, pero están ahí. La tira de tiempo, además.

Por eso me quedo alucina cuando la gente me deja de querer de un día para otro. Hoy soy 10 y mañana soy 2. El martes no podías vivir sin mi y el viernes no sabes como me llamo o si vendo libros puerta por puerta. Esta semana formo parte de tu futuro y la próxima ni siquiera estoy en tu presente.
¿Cómo lo harán? ¿Tendrán un botón de off? Y lo que es más impportante, ¿dónde puedo comprarme yo uno?

5 comentarios:

  1. Uf, siento mucho cuando te pasan esas cosas. En mi humilde opnión, cuando eso pasa es que nunca te sintieron realmente como alguien importante de verdad. De ahí la facilidad para el abandono. Y es que, admitamoslo, en toda relación humana siempre hay uno que le importa más al otro. Inevitablemente.

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  2. Es imposible olvidarse de una persona que ha significado algo en tu vida de la noche a la mañana.
    Seguro que ellos también se están haciendo los duros.

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  3. Eso viene de fábrica, se tiene o no se tiene.

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  4. Eso lo he pasado yo también y tampoco lo entiendo, pero sabes que, no quiero ese botón, a mi la gente me importa, allá ellos.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.