jueves, 30 de junio de 2016

Prioridades

A causa del colapso estudiantil total al que me ha sometido la SuperMovida en los últimos tiempos hay algunos temas (muchos) de mi vida que han estado totalmente desatendidos. El que más (dejando aparte el orden y limpieza de mi superguarida, que ha llegado a  niveles de juzgado de guardia) probablemente ha sido el ligoteo. Eso ha sido un erial absoluto. Y vosotros preguntaréis: ¿por? Y yo os respondo.

Hay chicas que van por la calle y cuando se paran en un semáforo el chico estupendísimo que se para a su lado les invita a un café. Hay chicas que llegan a una clase nueva, o a un trabajo nuevo o a un edificio de pisos nuevo y encuentran mil voluntarios para darles la bienvenida y contarles lo que necesitan saber. Hay chicas que se sientan en un terraza y a los 10 minutos mágicamente empiezan a llegarles copas gratis de aquel simpático caballero de la barra. Como seguramente habréis deducido a estas alturas del párrafo, yo no soy una de esas chicas.

A menos que yo haga algo para evitarlo, mi vida sentimental suele estar en encefalograma plano. Y sinceramente, si últimamente no me daba tiempo ni a comer y dormir, estaba yo como para pensar y ejecutar complicadas estrategias ligoteriles. Era una cuestión de pura supervivencia. Éramos yo o el amor. Y me elegí a mi, claro.

Ahora que por fin se ha acabado mi infierno estudiantil, he empezado a ponerme al día con mis miles de tareas pendientes. La de limpiar mi superguarida, que estaba en el número 1, misteriosamente sigue en el la columna de pendientes. La de volver a leer la abordé enseguida, pero debería haber pensado mejor qué libro devoraba primero, porque ahora los asuntos del corazón, que no estaban ni en el top ten, se han remarcado en fosforito, negrita y subrayado.

Y es que no se me ocurrió otra brillante idea que leer a Marian Keyes. Y,claro, ya os podéis imaginar. Me encontré con una protagonista buena y divertida, ni tan guapa, ni tan elegante ni tan exitosa como su jefa, pero que al final se lleva al Chico, uno de esos capullos integrales que resulta que en realidad no era ni capullo ni integral. Y que le dice cosas como:

"Tienes que salir conmigo porque interfieres en mis planes para dominar el mundo. No hago otra cosa que pensar en ti".

¡¡Joooooooooooooo, yo también quieroooooooooooooo!! ;P

3 comentarios:

  1. Jaja. Ánimo. Hay que ponerse manos a la obra.
    Aunque limpiar la superguarida es importante, no vaya a ser que triunfes y tengas que hacerlo luego deprisa y corriendo para no asustar al muchacho.

    ResponderEliminar
  2. Poco a poco, no se puede hacer todo de una, ya lo dice el refrán despacito y buena letra. Y busca otros libros más apocalípticos jejeje

    ResponderEliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.