lunes, 30 de septiembre de 2013

En la lucha



Pues eso, que  aquí cada uno tiene lo suyo. Y aunque los lunes son el HORROR de los horrores y están llenos de gente simpática no practicante... vosotros no seáis como ellos... que bastante tenemos con lo que tenemos.

¡¡FELIZ SEMANA!!

sábado, 28 de septiembre de 2013

Logros

A veeeeer, os voy a poner al día de mis grandes logros:

-He comido

Esto a vosotros no os parecerá gran cosa, pero para mi es una fiesta. Hace una semana algo me sentó mal, viví la Jornada Internacional de la Acidez de Estómago (y otras partes del sistema digestivo menos glamurosas) más intensa de la historia y desde entonces no había podido comer nada. Todo lo que entraba salía, así que después de cinco días sin recargar combustible, ya os podéis imaginar las fuerzas que me quedaban. Más que andar, me arrastraba de un lado a otro como alma en pena. Ayer, por fin, me comí un plato de arroz sin fuegos artificiales ni festejos posteriores. Y hoy una tortilla. ¡Estoy que lo tiro!

-He sobrevivido a esta semana

Ya supongo que esto tampoco os parecerá para tirar cohetes, pero es una hazaña de proporciones épicas. Más que nada porque (recordad el punto anterior) no podía comer y por tanto, cargar pilas. Y con ese cuerpo he tenido que trabajar, y después ir a clase de alemán y después meterme de lleno en las tropecientas horas diarias de la Supermovida. Y yo no sé si será que no estaba al cien por cien o qué, pero mi nueva profe de alemán creo que ha decidido hablarnos en chino, porque no entiendo ni torta. Y en la Supermovida por ahora oigo bla bla bla bla, básicamente. No pierdo la esperanza de que el día menos pensado algo me haga clik en el cerebro y deje de oír sólo blablablabla, pero, por ahora, es así. Ya veremos.

-He actualizado

Y sí, ya sé que es sábado y esto no lo va a leer ni el tato y que entonces es como si no hubiera escrito porque el árbol que cae en el bosque sin que haya nadie para oírlo no hace ruido y toda esa mandanga. Pero vamos, que esto me tiene que contar como actualizado sí o sí porque no he tenido tiempo material para hacer una entrada en otro momento. Es esto o nada, así que esto. Y ya veremos si no me tengo que replantear el ritmo de actualización que llevaba el curso pasado porque, simplemente, no me da la vida. A ver si el tema mejora cuando termine el periodo de adaptación a esta locura que es mi día a día ahora mismo.

Y poco más. Que buen finde y eso.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Cortos

(*Pese a lo que pueda parecer en el primer párrafo, esta no es una entrada sobre cocina,. Palabra de exploradora)

Desafiando a mi TOTAL bloqueo del gen cocinero, el otro día me decidí a hacer la primera vichyssoise de mi vida. No me preguntéis por qué. Me dio una ventolera en el supermercado, compré puerros y patatas y a lo loco, sin preguntar a nadie, ni mirar ninguna receta ni nada, los pelé, los partí y los puse en una cazuela. Cuando ya estaba todo el tinglado organizado y a punto para encender el fuego, me di cuenta de que no tenía ni repajolera idea de cual era el siguiente paso y decidí consultar a San Google. Y he aquí que el sabio oráculo de la red me chivó que hacía falta caldo de pollo para preparar la crema. ESTUPENDO

Domingo. Tiendas cerradas. Tras una rápida inspección a los armarios confirmo lo que ya sabía: que hay pasta, arroz, galletas, paté y víveres varios de supervivencia, pero ningún ingrediente para cocinar (como pastillas de caldo de pollo) porque yo JAMÁS cocino. Me niego a tirar las patatas y los puerros después de pegarme media hora limpiándolos y pelándolos, así que tengo que encontrar una alternativa. Trasteo lo que no está escrito hasta que me viene la iluminación: si a un caldo de pollo con fideos (aunque sea de sobre), le quitas los fideos, ¿qué te queda? ¡Premio!

Al final hice la vichyssoise con la sopa de fideos colada y quedó hasta medio bien, pero en fin, que ese no es el tema, que ésta no es una entrada de cocina. A lo que voy es que yo encuentro soluciones. Dame un problema, el que sea, que yo te lo resuelvo. Bien, mal o regular, pero una salida voy a buscar, eso fijo. Y probablemente esto es deformación profesional por todos los años de mi trabajo de superheroína defendiendo a la humanidad.

Por eso me molesta tanto (y ojo, que en este cuarto párrafo ¡por fin! viene el meollo de la entrada) lo cortos de vista que son muchos. A los superhéroes se nos acaba pronto la vida laboral y cuando nos retiramos tenemos que reinventarnos para encontrar otra manera de ganarnos la vida. En  la mayoría de entrevistas de trabajo tenemos que aguantar al típico jefe inútil diciéndonos que no valemos para tal o cual puesto porque sólo sabemos correr, o volar, o soltar rayos por los ojos o cualquiera que sea nuestro superpoder. Que llevamos toda la vida luchando contra supervillanos y que no sabemos hacer otra cosa.

Sí, ya. ¡¡¡TURURÚ!!!

Vale, yo he ganado muchas batallas con la ayuda de mi supervelocidad, pero no sólo gracias a ella. También he necesitado aprender a investigar para conocer bien a mis enemigos y poder vencerlos. He tenido que descubrir donde encontrar datos y saber relacionarlos. Y no me ha quedado otra que optimizar mi capacidad de negociación, porque en toda lucha contra el mal hay mucha tela que cortar, con unos y con otros.

En todo momento he trabajado en equipo y dado respuesta a picos de actividad y situaciones de estrés. En cuestiones laborales soy zen total, precisamente porque mi curro es una tensión continua. Los imprevistos son mi día a día, así que echarle creatividad, buscar alternativas y ENCONTRAR SOLUCIONES es mi especialidad.

Y luego llega el jefe inútil a decirme que no valgo para tal o cual puesto porque SÓLO he sido superheroína. Madre del amor hermoso. Hace falta ser corto. De vista. Y en general.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Super-movida en marcha

Ya ha empezado mi vuelta al cole. Aún estoy a medio gas y ya me huelo la que se me viene encima. Madre del amor hermoso, qué estrés. Pero en fin, mientras espero el ataque al corazón que me obligue a bajar el ritmo, os voy dando las primicias primiciosas de la nueva Super-movida en la que me he metido:

-Lo primero que han hecho es darnos la enhorabuena porque era difícil conseguir ser admitidos en la Super-movida.

-Lo segundo que han hecho es darnos el pésame, porque más difícil que entrar, es mantenerse allí. A la que nos hablaba le faltaba el bastón para parecerse a la profe más famosa de las series ochenteras diciendo: "La fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor"

-Estamos 15 en la Super-movida y sólo cuatro somos chicas. Esto a vosotros no os parecerá relevante, pero yo llevo años haciendo todo tipo de actividades (improvisación, cuentacuentos, idiomas, esgrima, piragüismo...) y siempre, sin excepción, había mayoría femenina. Resulta que todo este tiempo los maromos estaban en la Super-movida y yo sin enterarme. No salgo de mi asombro.

-El orden alfabético y la primera letra de mi apellido me han sentado al lado de un chaval del que sólo recuerdo que llevaba barba. El chico ha apuntado cosas en una libreta naranja que después se ha olvidado encima de la mesa. Ahora la libreta está en mi bolso y yo tengo la primera misión de la temporada: localizar a su dueño y devolvérsela. A ver qué tal se me da.

De momento eso es todo. Pero vamos, llevo 10 minutos en la Super-movida. Cuando lleve más, ya os contaré, ya...

miércoles, 18 de septiembre de 2013

A las duras y a las maduras

Ya os he contado que hace días ocurrió un milagro. Y poco después unos cuantos más. Dice Pseudo que estoy en racha. Ojalá. Yo no voy a decirlo muy alto no vaya a ser que se me gafe. Lo que sí es cierto es que siguen pasando cosas buenas. Absurdeces microscópicas sin la más mínima importancia que sólo me hacen ilusión a mí. Pero buenas, que tal y como estaba el tema últimamente, se agradece, la verdad. Cosas como estas:

-Tengo un número par de seguidores en twitter y en el blog. Esto lo escribo ahora y dentro de 30 segundos alguien me hará unfollow y me enmendará la plana, pero mientras escribo esto, es así. Y nunca había coincidido hasta ahora. Lo guay del tema es que sea a la vez y que sea PAR y para que entendáis mi emoción, tengo que contaros lo que es, de lejos, mi manía más absurda.

Me ponen nerviosa los número impares. No sé, me parece que están como inacabados, descuidados. Una gilipollez, ya lo veis. Pero bueno, hay gente que no soporta que se queden las puertas de los armarios abiertas o los bolis destapados y a mí me pasa esto, que cuando veo que tengo un número impar de mensajes en el móvil, borro uno. Y cuando en mi bandeja de entrada los correos no son pares, hago limpia. En twitter y en el blog no puedo hacer nada, depende de vosotros. Y ahora mismo, en este instante, son pares. Y la vida es un poco mejor. (Y yo estoy fatal de lo mío, ya lo sé)

-Han hablado de mí a mis espaldas. Bien. Y me he enterado, lo cual, además de ser la leche de difícil, mola millones. Resulta que alguien le dijo a Speedybrother (sin saber su identidad secreta ni la mía) que era fan de una superheroína de mallas verdes (es decir, la menda lerenda). Que ya me seguía en mis primeras superaventuras y que la novata que me ha sustituido defiende al mundo mucho peor que yo. ¡¡Ayyyyyy, como me flipa enterarme de estas cosas!!

-Justo ahora que la blogoesfera está desinflada total ha visitado este blog alguien que no esperaba. Que igual no es quien yo me creo, porque los chivatazos de mi Statcounter son más bien dispersos, pero bueno, que de ilusiones también se vive, ¿no?  Lo que sería guay es que le gustara como escribo y que se quedara, aunque eso igual ya es mucho pedir, claro.

-He cazado una de esas felicitaciones laborales tan chulas como poco frecuentes. El jefe de mi jefe le ha puenteado para decirme (por una vez en su vida, que él no es nada dado a estas cosas) que "buen trabajo". Ahora me toca dar la cara en una movida, lo que es a la vez un marrón y un voto de confianza. Cruzo los dedos.

Y nada... ya veis que son todo tontadas, pero como muchas veces aguantáis mis lloriqueos, he pensado que también hay que contar lo bueno, ¿no?  Aquí a las duras y a las maduras.

lunes, 16 de septiembre de 2013

¿Pro-barba o anti-barba?

Sabes que el síndrome premenstrual te ha pegado fuerte cuando te deja tocada media tarde que el tío bueno protagonista de la película o serie de turno muera, o sufra o no se lleve a la chica.

(*Inciso
Que ya que sale el tema, por cierto, aprovecho para hacer desde aquí una petición a los guionistas: señores, por favor, más finales felices. Que tendrán menos posibilidades dramáticas y menos intensidad y blablablá, pero que la vida ya es muy dura de por sí como para ir añadiendo motivos de tristeza. Que por lo menos en la pantalla las cosas salgan bien y que nos ilusionemos pensando que a nosotros nos puede pasar lo mismo. Y si luego no nos ocurre, pues ya apechugaremos y decidiremos como cruzar ese puente cuando lleguemos a él. Hasta entonces, señores, insisto: más finales felices. POR FAVOR.
Fin del inciso*)

Total, que yo estos días tengo un síndrome premenstrual como la copa de un pino. Normalmente lo mantengo a raya a base de chocolate, pero hoy mi despensa estaba vacía y he tenido que aplicar medidas drásticas: una buena sesión de maromazos. Y antes de que alguno por ahí se imagine cosas que no son, os diré que he tenido un finde colapsado por las obligaciones familiares y que los maromazos sólo los he visto en foto. DESGRACIADAMENTE. (Lo aclaro, que si no, luego empezáis rumorazos por ahí de que he ligado y que si tal y que si Pascual... Y no es el caso de estos días. Ya me gustaría a mí)

Total, que revisando fotos de tío buenorros se me ha ocurrido el tema de la entrada de hoy: la barba. Que así, como tema para un post parece poca cosa, pero que si los pensáis con calma, es un asunto polémico, en el que hay opiniones para todos los gustos:

-La de ellOs, que están hasta el gorro de afeitarse día tras día y viven la barba como el paraíso de la liberación de las cuchillas rebana-cuellos y el infierno de tener que levantarse 15 minutos antes para añadir un trámite más a la higiene mañanera. A FAVOR

-La de ellAs con novios barbudos, que están hasta los mismísimos de pincharse y rasparse la cara en los momentos más inoportunos. EN CONTRA

-La de ellAs sin obligación de convivir a diario con barbas ajenas y que sólo la tienen en cuenta como un factor estético. AQUÍ HAY DE TODO

Yo solía ser anti-barba total, más que nada porque Speedydad la lleva y los maromazos que la usan me recordaban un poco a él, lo que les suma puntos en simpatía, pero se los resta en sexidad. Sin embargo, después de ver algunas de las fotos que he estado revisando hoy, mi oposición frontal a la barba se tambalea. Y es que quien la sabe llevar, la sabe llevar. Por ejemplo, un, dos, tres, responda otra vez:

-Mi George, que llevaría bien hasta una bolsa en la cabeza. Que os voy a contar que no sepáis


-Sean, el ejemplo viviente de que hay tíos que envejecen muy requetebién. Y no os pongo una foto de cuando era un 007 para que comparéis, que todo el mundo tiene un pasado, y no es cuestión de recordarle a Sean sus malos tiempos.


-Manolo. Este pobre yo no sabía ni que existía hasta que le vi con barba. Antes era en plan: "¿Moreno? ¿qué moreno? Si no ha salido en la película ningún moreno" y después era más en plan.: "¿Dónde has estado el resto de mi vida?"


-El Doctor House, o la demostración más clara de que un tío feucho con ojos saltones puede ser hasta interesante si acierta con el look. Y a las pruebas me remito

 
-Mi chiqui, que está guapo con barba, sin barba, haciendo el pino o tocando la batería. Como sea.


Y después de esta sesión, ¿qué? ¿Queda alguna anti-barba por ahí?

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Más milagros

A saber:

-El maravilloso operario que me arregló el Rayo destructor de Malvados en un pis pas ya me ha llamado para ponerme los misiles en el techo de mi superguarida. Para que me cambiaran el rayo tuve que esperar un año y para esto, dos días. No salgo de mi asombro, creo que me debe de haber tocado la lotería del Karma esta semana o algo así. ¡Qué flipe!

-El otro día recibí el último de mis regalos de cumple, una plancha de pelo MILAGROSA que ha conseguido dominar mi totalmente incontrolable estilismo capilar. En serio, no sé qué tipo de superpoderes tiene ese aparato, pero me deja la melena lisa y perfecta. Esto me ha permitido esta semana ir peinada a los sitios, una experiencia totalmente novedosa para mí y los de mi entorno. Mis compañeros de teatro han flipado. Los de mi curro han alucinado. La Speedyfamily hasta me ha preguntado si algún supervillano me ha atacado con una descarga que ha eliminado toda la electricidad estática de mi cuerpo. Este es un momento histórico de mi evolución estética. No os digo más que estoy por hacerme una foto para inmortalizar el acontecimiento...

-Y el milagro definitivo, lo más de los más, la repanocha montada en bicicleta:

¡¡¡¡HE APROBADO ALEMÁN!!! ¡¡¡OEEEEEEEE, OE, OE, OE!!!

Sí, amigos, contra todo pronóstico, habemus aprobado. Increíble, pero cierto. ¿Cómo? No lo sé. Y no pienso ni planteármelo. Adióssssss curso pasado, hola curso nuevo. ¡¡¡¡Biennnnn!!!!

Ni idea de qué santo ha patrocinado mi semana, pero con los tres pedazo de milagros que ha obrado, se merece que lo canonicen, YA MISMO. Y oye, que si quiere apuntarse algún tanto más a mi costa, así como para rematar la faena, que me mande un maromazo de ojos verdes, que ya haré un esfuerzo para encontrarle alguna utilidad. Fijo que se me ocurre algo. ;P

jueves, 5 de septiembre de 2013

¡¡MILAGRO!!

Como dice la canción, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Ha pasado algo totalmente inesperado, un bombazo informativo de los que hacen época. Pero para que entendáis la magnitud de este hecho sin parangón, tengo que empezar por el principio, que hay cosas que aún  no han salido por aquí. Aunque no sé si debería contaros esto por cuestiones de seguridad internacional, la verdad. Pero bueno, vosotros sois de fiar y la audiencia de este blog últimamente tampoco es para tirar cohetes, así que no creo que haya peligro.

Yo vivo en una superguarida alquilada. Esto tiene muchos inconvenientes y unas pocas ventajas, como que es mi casero el que tiene que pagar el mantenimiento del Rayo de Vigilancia de Malvados, que para eso es suyo y no mío. Hace un año el tormentón del siglo se cargó todos los sistemas de seguridad de este dispositivo y lo dejó totalmente inutilizado. Cuando pasó yo, amablemente, le comuniqué el problema a mi casero y le aconsejé que lo solucionara cuanto antes, porque el mundo estaba muy desprotegido sin ese aparato. Y el tío no me hizo ni caso, oye, como si oyera llover.

Dos semanas después, en vista de que el inútil ese no se coscaba y que la Humanidad seguía en peligro, me armé de paciencia y llamé a su oficina:

-(Speedy).- Blablablá la tormenta, blablablá, el rayo, blablablá si no lo arregláis vamos a morir todos.
-(La lerda de la oficina).- Ah. pues eso es cosas suya, llame a su seguro
-Vamos a ver, yo no tengo que asegurar nada, el rayo es vuestro, el seguro lo pagáis vosotros. ¿O también queréis que pague la ortodoncia de los hijos de todos los de vuestra oficina?
-Nosotros le dimos el rayo en perfectas condiciones, si lo ha roto usted, usted lo paga.
-Pero es que no lo he roto yo, lo ha roto la tormenta.
-¿Estaba bien cuando se los dimos?
-Pero el caso es que ahora está estropeado y la Humanidad...
-¿Estaba bien cuando se los dimos?
-Te recuerdo que el mantenimiento es vuestra responsabilidad y...
-¿Estaba bien cuando se los dimos?
-Pásame con tu jefe, anda, que tú has entrado en bucle y me estás poniendo tan cardíaca que al final no me voy a poder contener y te voy a freír con los rayos que me salen por los ojos.

Hablé con su jefe, con el jefe de su jefe y con el jefazo total, todos al mismo nivel de inutilidad absoluta de la lerda del teléfono y mis niveles de cabreo empezaron a descontrolarse. Mi amabilidad inicial se transformó en seriedad, luego en severidad y al final llegaron los gritos y las amenazas de romper unas cuantas piernas. En concreto yo las de todos los de esa oficina de inútiles. Parece que la demostración de buen talante al más puro estilo Capone funcionó y por fin dijeron que arreglarían el rayo. Yo me quedé medio tranquila hasta que dos meses después seguía sin saber nada del tema y llamé para recordarles mis argumentos de peso:

-¿Qué taaaaaaaaaaal? ¿Habéis visto los pantalones tan preciosos que se llevan esta temporada? Es una pena que vosotros no vayáis a tener piernas en las que ponéroslos...
-Ah, sí, sí, el rayo, ahora vamos.

Al día siguiente aparece en mi superguarida un operario rumano que mira 5 segundos el dispositivo y dice que lo deja niquelao en dos patás con un poco de masilla. Dos días después vuelve el genio ese con su jefe diciendo que lo habían visto mal, que el rayo está roto por la base, que hay que cambiarlo entero y que cuando encuentren uno del mismo tamaño y potencia me llamarán.

A estas alturas ya vais cogiendo a qué ritmo va esta historia así que no os sorprenderá cuando os diga que no supe nada de ellos hasta que tres meses después me llamaron con esta buena nueva:

-Ya tenemos un rayo que sirve, pero los de la oficina de inútiles no nos aprueban el presupuesto, llámales tú a ver si hay más suerte.

Y me faltó tiempo, claro

-Holaaaaaaaa, ¿¿¿¿¿qué taaaaaaaaalll????? Iba a compraros un esmalte de uñas precioso, pero después he caído en que sin brazos y piernas no vais a poder usarlo...

El presupuesto se aprobó al día siguiente pero, inexplicablemente, allí nadie me arreglaba el rayo. Cuando llamé al rumano para preguntarle, me dijo que le felicitara, que había encontrado a la mujer de su vida y que se volvía a su país para casarse con ella, que los de la oficina de inútiles buscaban nuevos operarios y que el proceso para arreglar mi problema empezaba de cero. Yo le di la enhorabuena por su próxima boda, colgué y traté de ahorcarme con el cable el teléfono.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡OTRA VEZ NOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!

Contra todo pronóstico, antes de verano y después de 10 meses con el rayo roto, fue uno de la oficina de inútiles el que me llamó a mí:

-¿Ya le han arreglado el dispositivo?
-¿Te estás cachondeando?
-No, no, que yo soy nuevo y he visto que se ha traspapelado su expediente... lo voy a volver a cursar.
-Haz lo que quieras...
 
Qué queréis que os diga, a esas alturas me había rendido. Lo siguiente a partirle las piernas a alguien es liquidarle, pero lo muertos no pagan reparaciones de Rayos de Vigilancia, así que me iba a quedar igual. A la Humanidad le tocaba aprender a sobrevivir sin el aparato, no quedaba otra. Y cuando ya estaba totalmente resignada, ayer suena mi teléfono

-Hola, te llamo de parte de la oficina de inútiles, creo que tienes un problema con un rayo, ¿me puedo pasar ahora a verlo?

Pensaba que me quedaban por delante otros 10 meses de calvario, pero dos horas después el operario nuevo me había cambiado el rayo por uno nuevo, detectado y reparado un fallo en el escudo protector de mi superguarida del que yo no me había dado ni cuenta y llamado a los de la oficina de inútiles para instalarme unos misiles nuevos en el techo. ¡¡ÉL SOLO!! Sin que yo tuviera que pedirle nada... Creo que me he enamorado.

Y que los milagros existen.

martes, 3 de septiembre de 2013

Pre-vuelta al cole

El fin de las vacaciones y la vuelta al cole siempre es dura para todos. Eso es una verdad innegable. Pero también hay que reconocer que unas son más difícil que otras y, en una escala del 1 al 10, la mía va a ser un horror del 20. O más. Y es que me espera una a la vuelta... que no lo quiero ni pensar.

Sobre todo porque mi sufrimiento ha empezado ya, en la segunda mitad de mis nunca suficientes días libres. Para empezar, porque mi ya casi inminente cate en alemán ha estado todo el verano ahí, acechando, y ahora, a las puertas del examen, es más evidente que nunca. Para seguir porque, aún no sé como, algunos marrones laborales han perforado mi sólido muro de incomunicación vacacional y me ha tocado pringar cuando no debería. Y para terminar porque intuyo el horror de año que me espera, tengo la certeza de que va a ser mortal de necesidad, pero aún no sé las formas concretas en las que me va a torturar, los momentos y lugares específicos. Y eso es un sinvivir.

Los miedos difusos son aún más intensos que los terrores definidos porque, como no sabes a lo que temes, te imaginas lo peor. Y ese es mi problema ahora, que me pasa lo que a Sócrates: sólo sé que no sé nada. Y así no hay forma de organizarse.

Obligada por las circunstancias, me he metido en un millón de movidas (muchas más de lo habitual, que ya es decir) tremendamente difíciles de compaginar. Ahora sospecho que muchas van a coincidir en el tiempo y necesitaría saber los horarios exactos de todas para empezar a hacer encaje de bolillos y tratar de llegar a todo. El problema es que esos horarios no los tendré hasta que cada una de las movidas empiece y entonces ya será tarde: todo se habrá amontonado y el caos total se instalará en mi vida. Desde el minuto uno. ¡YUJÚ!

Se masca la tragedia y para intentar evitarla, mis días previos a la vuelta al cole transcurren tal que así: Si intento mover A y ponerlo a otra hora, puede que llegara al principio de B, siempre que no hubiera tráfico, claro. Lo que pasa es que modificar el horario de A no depende de mí, así que igual se queda como está y tengo que apañármelas sin llegar a B. El problema es que eso ya me va a ocurrir dos días a la semana por culpa de C y tampoco puedo saltármelo siempre. Pero si intento hacer el cambio en C, a lo mejor llegaría, lo que pasa es que es por sorteo y el sorteo es después de que haya tenido que elegir el grupo de D y dependiendo de eso pues...

En fin, ya os hacéis una idea de como está siendo mi pre-vuelta al cole: el horror. Y sólo tengo una cosa clara: que la vuelta va a ser aún peor. Madre del amor hermoso, la que me espera.