lunes, 29 de noviembre de 2010

Demasiados decibelios

Si hay algo que caracteriza el día a día laboral de un contador de cosas es el estrés. Todo es para ayer y todo es a vida o muerte. SIEMPRE. Cuando se acerca la Hora Límite Para Contar (HLPC) la presión es igual si lo que pasa es que un meteorito gigante va a impactar contra la Tierra y la va a destruir, como si lo que ocurre es que falta por averiguar el color de pelo del ganador del concurso de belleza canina “Las mascotas de los leñadores de la Sierra 2010”. Conforme se acerca la HLPC, cunde el pánico y empieza la locura.


En estos momentos de estrés previo yo he visto hacer y decir las cosas más surrealistas. Las carreras por largos pasillos, los tropezones contra los muebles y los insultos más graves proferidos hacia alguien en particular o hacia la vida en general, son el pan de cada día. Y, como es lógico, en medio de toda esta locura, el tono de voz sube exponencialmente hasta sobrepasar el límite de decibelios que permiten los ayuntamientos a bares y discotecas. Estoy segura de que si apareciera un poli con uno de esos aparatos medidores, más de uno se llevaría una multa.


Los que tienen más papeletas para ser sancionados por exceso de ruido son, desde luego, los jefes. Sobre todo los malos. Cuanto menos profesional es un jefe y cuanto peor hace su trabajo, más grita. Supongo que son conscientes de su propia inutilidad y saben que dependen de los demás para que todo salga bien, así que deciden gritar para meter presión. Ellos te sueltan cuatro berridos, se quedan descansados y te pasan la pelota, así que si algo sale mal es culpa del currito de turno, claro. Que ellos son los jefes y que cobran más precisamente por asumir responsabilidades, es algo secundario, por supuesto.

En mi colección de chungocurros yo he tenido muchos jefes gritones, pero hay una en concreto que jamás olvidaré: La Verdulera. Nunca llegué a verla en persona porque trabajábamos en ciudades distintas, pero hablábamos por teléfono cada minuto del día. Bueno, hablar es un decir, más bien ella se desgañitaba mientras yo intentaba introducir monosílabos en medio de las broncas monumentales que me echaba por cualquier motivo.

-¡PERO CÓMO NO HAS CONTADO QUE EN INVIERNO HACE FRÍO!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡ YA PUEDES IR CORRIENDO A CONTARLOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡NO SÉ QUÉ VAMOS A HACER SIN ESOOOOOOO!!!!!!!!!!!!
-Bueno, Verdulera, es que como aquí pasa siempre, no tiene mucho interés para nadie
-
QUE TE HE DICHO QUE VAYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSS!!!!!! QUE AUNQUE YO NO TEGA NI IDEA DE SPEEDYTOWN AQUÍ SE HACE LO QUE YO DIGO Y YA ESTÁAAAAAAAAAAA!!!!!!

O montaba en cólera cuando no podías hacer milagros

-PERO TIENES QUE CONTAR TRES COSAS QUE OCURREN A LA MISMAAAAAAAAAAA HORAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!
-Ya, Verdulera, pues vas a tener que elegir, porque no soy como los virus de Érase una vez la Vida que se desdoblaban y de repente eran tres. Yo soy sólo una y no tengo el don de la ubicuidad.
-NO ME CUENTES TU VIDAAAAAAAAAA!!!!!!!! QUIERO QUE LOS CUENTES Y YA ESTÁAAAAAAAA!!!!! VE A 180 KILÓMETROS POR HORA POR CIUDAD SI ES NECESARIO PERO TIENES QUE LLEGARRRRRRRRRRRR!!!!

Yo tenía que soportar a esta adorable mujer los fines de semana y una compañera mía los días de diario. Las dos compartíamos el mismo teléfono, así que cuando no encontré en la agenda el número de esta jefa tan guay, le pregunté a la otra pobre mártir que la aguantaba 5 días a la semana:

-Oye, que busco su teléfono en la V de Verdulera y no lo encuentro.
-Ya, lo he cambiado a la Z
-¿A la Z?
-De Zorra

Ajá. Veo que no soy la única que soporta los gritos de Verdulera.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ligoteos peliculeros que NO funcionarían en el mundo real

Está claro que el cine ni quiere ni puede reflejar la vida real. El espectador ve las películas partiendo de una serie de convenciones que le invitan a aceptar que todo lo que sale en la pantalla es lo más normal del mundo. Por eso a nadie le sorprende que James Bond salte de una avión en marcha a otro que está cayendo en picado, se meta dentro a pilotar y consiga remontarlo o que el héroe de turno dispare con dos pistolas a la vez, mientras salta hacia atrás y aún así consiga cargarse él sólo a los 50 malos que le persiguen. Todo eso nos parece guay porque "es una película".

Pero, señores creadores del Séptimo Arte, ¿no les parece que a veces le echan tanta imaginación que nos ponen realmente difícil creérnoslo? Sobre todo en las películas romanticonas. La mayoría de las escenas más típicas de "chica conoce a chico y son felices para siempre" serían simplemente inviables en la vida real. Y a las pruebas me remito:

1.- Ella y él chocan en el supermercado, se les caen las bolsas, se quedan mirándose como bobos, al recoger las cosas del suelo equivocan los paquetes y ...¡ZAS! Amor eterno

Puffffffff, muy difícil lo veo. La mayoría de la peña en el súper se dedica a comprar a todo gas para perder el mínimo tiempo posible y ni se fija en el resto del personal. Si te chocas con alguien, lo único que piensas es: "Vaya, este inútil ya ha hecho que se me cuelen dos en la fila de la caja". Y si es el momento de pagar, menos todavía, que suficientemente ocupado estás ya sacando el monedero y metiendo las cosas en las bolsas en dos nanosegundos antes de que los que están aún en la cola empiecen a bufarte. Tanto estrés no deja espacio en la mente para pensamientos románticos laterales. Ni de coña.

2.-Él y ella pasean a sus respectivos perros en un idílico y limpísimo parque y después de una anécdota más o menos graciosa se quedan mirándose como bobos y ya está. Se quieren por siempre jamás todo el rato siempre.

Bueno, bueno, menos lobos Caperucita. El perro, mucho que si es el mejor amigo del hombre, que si esto que si lo otro, pero caga normalmente en el PEOR momento posible. Y hay que recoger el regalito, que es una de las acciones más antieróticas que se me ocurren, así de primeras. Si esa es la primera imagen que recibes del hombre de tu vida, no sé... igual te hace menos receptiva a seguir recibiendo imágenes suyas.

3.-Ella y él coinciden en el gimnasio, se ayudan a utilizar alguna de las máquinas, se quedan mirándose como bobos y.. ¡Magia borrás! Son felices y comen perdices para siempre.

A ver, que yo no digo que esto sea imposible, porque he oído de gente que le ha pasado... El caso es que no conozco a ninguno de ellos personalmente y por eso sospecho que es una leyenda urbana, como La Chica de la Curva, pero bueno.

Lo que sí es verdad es que para que el milagro del amor surja allí hacen falta muchas circustancias concurrentes:

-Que los dos implicados estén, por lo menos, medianamente macizos. Me da en la nariz que en estos sitios los sentimientos fluyen con mucha menos facilidad cuando hay lorzas colgando por todas partes.

-Que ambos dos tengan niveles más bien bajos de transpiración, porque eso de sudados y sexis... ¡Eso sí que es cosa de película!

-Que las partes contratantes lleven ropa molona. El problema es que molona y cómoda no siempre son compatibles y ahí empiezan a ganar terreno las típicas camisetas anchas de propaganda que todos tenemos en el armario y que obstaculizan un poco el nacimiento del amor verdadero. Me imagino cayendo en los brazos de un cachas y esforzado bombero que acaba de jugarse la vida sofocando un incendio, pero de un chavalín que luce una preciosa camiseta que dice "El Fuego lo Apagamos Todos", Ministerio de Medio Ambiente, pues me cuesta un poco más imaginármelo.

En fin, señores creadores del Séptimo Arte, un poquito de realismo... y un poquito de por favor.

martes, 23 de noviembre de 2010

Creatividad al poder

Siendo una superheroína dedicada a defender a la Humanidad se viven aventuras, qué duda cabe, pero el oficio de contadora de cosas tampoco se queda muy atrás. A lo mejor no desintegras supervillanos con los rayos que te salen por los ojos, ni desvías la trayectoria de un meteorito que venía directo a destruir la Tierra, pero, desde luego, al final del día, tienes batallitas para dar y regalar.


Ya os he contado por aquí mi primera vez. Después de ése he tenido millones de días intensos, pero creo que uno de mis preferidos ocurrió hace unos años. Estaba yo tan tranquila recién llegada al curro al punto de la mañana...


Jefe Cabrón (JC) Speedy, vete cagando leches a Pueblo Bastante Lejano que está el presidente de Speedytown y alrededores haciendo no sé qué y tienes que contarlo.

Speedygirl (S) ¿Pero no iba Zrutanito, que vive allí?

JC: Se ha puesto malo, sal pitando, que el presidente lleva una hora hablando.

S: Pero tengo una hora de camino, cuando llegue habrá acabado.

JC: Pues apáñatelas, a mí me da igual, pero tienes que contarlo. Teletranspórtate, vuela...


Aunque mi jefe no conocía mi identidad secreta y lo decía en sentido figurado, yo pensaba hacerle caso. El problema es que era un día de odiosa niebla y tenía mis superpoderes tocados, así que no me quedó otro remedio que llegar a la manera tradicional, en coche y jugándome la vida al adelantar a los dos millones de camiones que había en la única carreterucha de mala muerte que llevaba a Pueblo Bastante Lejano. No me preguntéis cómo, pero al final llegué. Tardísimo, claro. Entro por la puerta y...


-Así acaba el acto, muchas gracias por su asistencia, ahora pasaremos a tomar un vino español.


Me llama JC y me dice que me dan paso para contar en cinco minutos.


JC: ¿Estás preparada?


Yo pienso que no sé qué es lo que ha inaugurado el presidente de Speedytown, ni quién ha asistido al acto, ni qué significa para la localidad. No sé cuántos ha costado, ni cuántos empleos puede llegar a crear, ni cuándo se pondrá en marcha. Por no saber, ni siquiera estoy segura de si realmente se inaugura hoy o si lleva unos días funcionando.


S: Preparadísima


Mientras me dan paso me planteo seriamente si contar cuántos asistentes llevan traje negro, de qué son los canapés del vino español y cuántos camareros están repartiendo copas, que es lo único que realmente tengo claro. Al final decido que si los políticos son capaces de hablar horas y horas, día tras día, sin decir absolutamente nada, no puede ser tan difícil. Y me pongo a ello


Como bien dices, el presidente ha querido respaldar los primeros pasos de esta infraestructura, que dará nueva vida e impulso a la parte norte de Speedytown y alrededores. Se trata de unas instalaciones totalmente renovadas que contarán con una plantilla joven, pero experimentada y que sin duda serán un activo creciente para este sector, clave en la economía espídica y una de las apuestas de futuro del gobierno regional.


[Piensa, piensa, te quedan 40 segundos, invéntate algo para rellenar. ¿No ha dicho el tío ese de la corbata que estaba en el pasillo fumando un cigarro algo de una nueva carretera? Tira por ahí]


(De repente, aparece un espontáneo) ¿Perdona tienes hora?

[A ver hijo mío, ¿no te das cuenta de que estoy en directo y en pleno proceso creativo?]


Por supuesto, toda gran infraestructura como ésta necesita unas buenas comunicaciones que la conecten con el territorio. El presidente ha asegurado que el Gobierno trabaja siempre por mejorar las vías principales y secundarias y que Pueblo Bastante Lejano es por supuesto, parte primordial de estos planes.


Cuando terminé de contar, pesaba dos kilos menos y había envejecido 10 años de golpe.

Por si a alguno le ha picado la curiosidad, el presidente de Speedytown había ido a inaugurar un horno silicoferreoindustrial supermegachupi. Entonces no lo sabía. Ya nunca lo olvidaré.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Obras de arte por sms

Speedydad ha sido siempre un superhéroe muy poderoso, pero, eso sí, de métodos clásicos. Las moderneces a él... regular. Ya le costó aceptar los Walkie-Talkies para comunicarse con sus compañeros en las operaciones conjuntas contra algún supervillano, pero no quiere ni oír hablar de armas ultrasónicas, localizadores por campos magnéticos ni ningún otro cachivache tecnológico que le facilite la tarea de defender a la Humanidad. Siempre dice que en la caza de los malos lo más importante es el instinto y que los aparatejos sólo sirven para desconcentrar.

Yo hace tiempo que dejé de intentar convencerle en esto, porque oye, cada uno protege a los débiles como mejor le parece y él es un superhéroe de fama mundial, así que él sabrá. El problema es que Speedydad aplica esta misma máxima en el Speedyhogar.. y eso con lo concurrida que ha estado mi casa durante años, era una lata.

Ni os cuento lo que nos costó conseguir que comprara un microondas, porque estaba seguro de que las ondas que emitía interferían en nuestro radar de señales malignas. Lo del vídeo fue una batalla aún peor y de la wii y aparatejos por el estilo, ya ni hablamos, claro. Pero sin duda, lo más duro fue convencerle de que se comprara un teléfono móvil y que APRENDIERA A UTILIZARLO

-¿Pero para qué, si ya tengo el fijo?

-Para saber que estás bien cuando te vas a una misión peligrosa.

-Pues ya me veréis cuando vuelva...

Total, que como no le interesaba lo más mínimo, no aprendía. Se pegó meses cortando todas las llamadas porque se equivocaba de botón al descolgar y llevando los números apuntados en un papel porque no sabía mirar la agenda. En el maravilloso mundo de los mensajes de texto... aún no se ha introducido del todo. No se aclara con las teclas, le cuesta un siglo escribirlos... y termina mandando mensajes ininteligibles que te hacen dudar de si están cifrados con alguna clave que desconoces, claro.

Cuando Speedysisterpeque se sacó el carné de conducir y le mandó un sms toda pletórica de felicidad, él contestó: "Enterado". Ni una letra más, ni una menos. Speedysisterpeque sabía que seguramente a Speedydad le había costado seis intentos, dos horas y una lesión cardíaca juntar todos esos caracteres, así que se lo tomó como la felicitación más efusiva.

Con el tiempo, Speedydad ha mejorado y es capaz de mandar mensajes más largos, aunque siguen siendo indescifrables. Les quita los verbos como si hablara en indio, pero luego pone palabras que no usaría ni el ocupante del sillón B mayúscula de la Real Academia Española de la Lengua. Y claro, le salen obras de arte como estas:

"Maleta rota y Frente de Juventudes, pero bien. Hoy Huerto del Cura. Elche. Alicante. Si tiempo, comida en el puerto. Playa de San Juan. Muchas evocaciones. Besos"

Esto es demasiado críptico, incluso para él. He llegado a pensar que le está persiguiendo algún supervillano y no quiere darle pistas si intercepta el mensaje. Umhhhhhhh, sí, va a ser eso.

Vale, Speedydad, entendido. Corto y cambio.

sábado, 20 de noviembre de 2010

¡Pornografía infantil NO!

Se lo acabo de ver a Lorzagirl, y aunque a blogger ahora no le da la gana de dejarme subir un vídeo, por lo menos os dejo el enlace, que yo también quiero gritar.

http://www.youtube.com/watch?v=wkfx1czQBsw&feature=player_embedded

jueves, 18 de noviembre de 2010

Fase Un Clavo saca otro Clavo

A una de mis mejores amigas le rompieron el corazón no hace mucho, así que pusimos en marcha el Operativo de Rescate para ayudarla a pasar todas las etapas del duelo que llevan a una sana recuperación. Ya hemos hecho con ella miles de gabinetes de crisis para que llore todo lo necesario y cientos de concielábulos de brujas para que insulte a su ex todo lo que le apetezca. También hemos organizado largas sesiones de recuperación de la autoestima y confianza personal y jornadas de convencimiento de que esto es lo mejor que le podría haber pasado.

Ahora que parece que ha superado la Fase del Chándal y ya tiene fuerzas para arreglarse y salir a la calle, quiere hacer nuevas actividades para conocer gente. Y claro, recurre a mí, porque sabe que me apunto a un bombardeo.

-Pero a ver, que ahora estoy en la Fase Un Clavo saca otro Clavo, lo que quiero conocer son chicOs, así que vamos a elegir con cuidado las actividades.
-Valeeee.. pues... no nos apuntamos a ningún curso de idiomas porque seremos todo chicas en clase. ¿Qué tal un taller de escritura?
-¿Cuántos chicos había en el último que hiciste? Dos en un aula de 20, ¿no? Pues eso, que vamos a pensar otra cosa... ¿Y si nos reenganchamos al gimnasio o a algún equipo de deporte?
-Yo te acompaño a aerobic, step y a tontadas de ese tipo, pero ya sabes que si fuera por mí la mayoría de los deportes estarían incluidos en la Convención de Ginebra como formas de tortura. Yo te quiero, de verdad, pero mi amistad tiene un límite. ¿Y bailes de salón?
-A ver si te centras, busco chicos SOL-TE-ROS Y HE-TE-ROS, que complicaciones ya he tenido bastantes. ¿Y si me meto en tu grupo de teatro?
-¡Eso estaría genial, son super majos! Pero te advierto, sólo hay seis chicos: dos están casados y al único que no tenía pareja le veo sospechosamente feliz últimamente... ¿Y el curso de defensa personal que vimos el otro día?
-Quiero buscar chicos, no aprender como apartarlos de mí.
-Pues... no sé... Sólo nos queda apuntarnos a un curso de tornero-fresador... ahí seguro que encontramos algo para tí.
-....

En fin, que se nos han acabado las ideas. Ya le he dicho que se abra un blog, que en el ciberespacio hay gente muy maja, pero ella no es precisamente una fan de las nuevas tecnologías. Hasta que la convenza... ¿se os ocurre dónde la puedo colocar?

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Dime dónde compras y te diré quién eres?

Ya os he contado alguna vez que vivo en un barrio relativamente nuevo de Speedytown. Durante algún tiempo aquí hubo muchas casas y pocos vecinos, así que no hacía falta mucho transporte público, ni servicios básicos, ni tiendas. Hace bastante que ya somos un montón de residentes, pero parece que ningún negociante de Speedytown se ha dado cuenta, porque aquí no abre comercios ni el tato.

Bueno, prefiero pensar que no se han dado cuenta, porque si tengo que sacar conclusiones de las tiendas que SÍ han abierto, voy lista. ¿Dime qué comercios hay en tu calle y te diré como son los vecinos de esa zona? Pues entonces según los negociantes de Speedytown en mi barrio todos somos:

-Unos borrachos, porque desde luego lo que más hay por aquí son bares. Grandes pequeños, elegantes, cutres, caros, baratos...Lo que quieras. Que vale, que sí, que la vida es muy dura y a veces no viene mal tomarse un copazo para alegrarse el día, pero vamos, tampoco hay que exagerar...

-Unos obsesos de la imagen, porque hay peluquerías a cascoporro. En serio, en cada esquina han montado una. Que estoy de acuerdo en que hay que cuidar un poco el físico y no es cuestión de andar por la calle con pelos de loca, pero bueno, es que esto parece ya una indirecta. A la sexta peluquería que pasas de camino al trabajo empiezas a plantearte que alguien te quiere decir algo.

-Unos amantes de los animales, porque de las primeras cosas que abrieron fue una clínica veterinaria. Yo no tengo ningún sitio por aquí donde comprar una lechuga para prepararme una triste ensalada, pero mi perro va a estar más sano que una manzana. Me parecería bien si por lo menos tuviera perro...

-Unos viajeros de cuidado, porque también pusieron enseguida una agencia de viajes. Estoy por entrar a contratar un paquete de viajes organizados, pero al centro de Speedytow, porque el único bus urbano que nos conecta con esa zona pasa de uvas a peras. Y además tampoco hay por aquí ningún establecimiento para comprar los bonos del autobus. Un horror.

-Un peligro al volante, porque la última gran inauguración ha sido la de una autoescuela. Desde luego, tal y como está el transporte público, aquí hace falta tener coche y carnet como el comer. Ahora, si ya vives aquí y no tienes el permiso de conducir, lo mejor es que te prepares para correr la media maratón, y así por lo menos aprovechas los laaaaaaaaargos paseos que te vas a tener que dar cada vez que quieras ir a cualquier sitio.

-Unos golosos, porque hay la tira de tiendas de chucherías y pastelerías. Bueno... para que nos vamos a engañar... en esto a mí me han calado.

Ni quiero pensar cuál va a ser la próxima gran inauguración. Al ritmo que llevamos, algo tremendamente útil como un túnel de lavado para naves espaciales o una escuela para aprender la técnica del ganchillo y punto de cruz.

¿¿¿¿¿¿Exagerada?????? ¿¿¿¿¿¿Yo??????? Ya os contaré.

lunes, 15 de noviembre de 2010

La Abominable Mujer de las Nieblas

La mayor parte de los espídicos lo que más odian de la climatología de Speedytown es el viento. Aquí hace tanto aire que muchas veces hay que cerrar los parques para que no le caiga una rama en la cabeza a nadie y en invierno baja la sensación térmica hasta 10 grados. Es horrible.

Sin embargo a mí hay algo que me parece todavía peor: la niebla. Esa odiosa capa traslúcida desciende a principios de otoño y no desaparece hasta la primavera. Hay días que es tan espesa que no ves dos metros por delante de ti y te da la sensación de que vas a tropezarte con Jack el Destripador en cualquier momento. Otras veces apenas se nota, pero sabes que está allí, acechando, para, en cuanto te despistes, aparecer y quedarse toda una semana, amargándote la vida. A mí por lo menos.
Y es que a mí la bruma me pone triste, tristísima. Esos días tan grises me quitan la alegría, la ilusión y sacan la doble personalidad malvada que todo superhéroe llevamos dentro. A Superman le pasa con la kriptonita roja y a mí con esto. Es ver que el día amanece tristón y no hay escapatoria, aparece ella: la Abominable Mujer de las Nieblas.

Mi alterego es todo lo contrario a mí: malhumorada, cascarrabias, triste y sobre todo pesimista. Superpersimista. PESIMISTA elevada a la enésima potencia. Para ella el mundo se va a acabar mañana, así que todo le da igual.

Para empezar sale a la calle vestida con los primero que pilla en el armario, cuanto menos conjuntado mejor, sin pintar y con unos pelos que parece que ha metido los dedos en un enchufe. “Total, la niebla me riza la melena”. “Bueno, no digo que te arregles como si fueras a desfilar por la Pasarela Cibeles, pero procura no dar el perfil de la paciente rebelde de cualquier institución mental, que las superheroinas tenemos una imagen que mantener”.

Su plan estrella es quedarse en casa, tirada en el sofá con la manta más gruesa que encuentre y con una buena taza de chocolate caliente (sí, ella también es una adicta, algo tenía que tener en común con mi alter ego) Da igual lo que le propongas, no le va a apetecer:

-Que nos invitan a un circuito de jacuzzi, spa y masajes en un balneario de cinco estrellas.
-¿Jacuzzi? ¿A meterse en el agua con este tiempo? ¡Ni hablar!

-Que hemos quedado con Mister España, un maromo guapísimo de ojos verdes que tiene muchas ganas de conocerte.
-Puffff, no sé, los modelos pierden mucho al natural...

La Abominable Mujer de las Nieblas está convencida de que el mundo se va acabar mañana, así que no cuentes con ella para tomar ninguna decisión

-¿Compro cereales de trigo o de arroz?
-Da igual, a saber los aditivos que les meten, seguro que dentro de poco descubren que son cancerígenos y nos morimos todos de un cáncer fulminante.

-¿Llamo a Amiga 1 y a Amiga 2 y nos vamos al cine?
-Llama a quien quieras, al final toda la gente te decepciona...

La Abominable Mujer de las Nieblas es odiosa. Yo la mantengo a raya todo el tiempo que puedo, pero algunos días de bruma se me escapa. Así que si pasáis por Speedytown un día gris y os la encontráis, cambiaos de acera. La reconoceréis sin problemas: será la superheroína más despeinada con la que os crucéis ese día.

jueves, 11 de noviembre de 2010

MIS VECINOS

Hace tiempo que volé el Speedyhogar y después de dar algunos tumbos ahora tengo mi guarida en un barrio nuevo de Speedytown. Bueno, eso de que es nuevo lo dice el Ayuntamiento para no tener que poner servicios públicos ni incrementar el transporte, pero la realidad es que ya hay la tira de espídicos que tienen su casa allí. Así que nuevo no sé, pero deshabitado seguro que no...

El caso es que, aunque hay un montón de residentes en la zona, la realidad es que la mayoría del tiempo no se ve mucha gente por la calle. Será por eso o porque yo sólo recalo en mi guarida por la noche, pero la verdad es que llevo casi un año por aquí y aún no conozco a ningún vecino. Bueno, para ser más exactos no sé sus nombres ni he hablado con ellos, porque controlados, los tengo controladísimos. O casi.

Primero tenemos la pareja de la puerta de enfrente. Vamos, yo los llamo pareja pero cada vez que les veo entra en esa casa gente distinta. Siempre de dos en dos, pero diferentes. Es decir o cambian su imagen radicalmente cada mes para despistarme o en ese piso vive mogollón de peña apiñada. O se lo turnan. Esto me tiene intrigadísima, un día voy a pasar a pedirles un poco de sal a ver si detecto con mi radar ondas malignas. Que los supervillanos aparecen siempre donde menos te los esperas.

Luego está el tío del perro, que como podéis imaginar por el originalísimo nombre que le he puesto, en un chico con el que me cruzo siempre en el portal cuando va a pasear a su can. El caso es que el chucho es negro como el tizón y mi querido vecino tiene la mala costumbre de no encender la luz cuando sale, lo que provoca que yo no vea al animal y me tropiece con él. SIEMPRE. A ver, hijo mío, pónle a tu perro un chaleco reflectante o unas luces de posición o algo, que al final vamos a tener un accidente serio. Ahora que se acercan las fechas navideñas, estoy por dejarle yo uno en el buzón con una nota que diga que es de parte de los Reyes Magos.

Después están los vecinos que no viven en mi bloque, pero con los que me encuentro todas las mañanas cuando cogemos el único autobus que nos acerca al centro. En mis viajes mañaneros coincido siempre con

-BARBIE EJECUTIVA. Es una chica altísima, rubísima y con la melena larga hasta la cintura. Va siempre perfectamente pintada y peinada a la perfección. Nunca, repito NUNCA, tiene un pelo fuera de su sitio, ya llueva, nieve, haga un vendaval o granice. Vamos, que estoy por preguntarle a qué clase de pacto con el diablo ha llegado para mantener ese imperturbable estilismo capilar, no os digo más... Calculo que necesitará una hora y media de chapa y pintura para salir con esa pinta. Yo que soy más de caerme de la cama, ponerme lo primero que coja en el armario, hacerme una coleta y pirarme pitando a trabajar, flipo con ella

-LA DORMILONA. Esta es una crak. No sé a qué hora se levantará, pero el trayecto del autobús para ella computa como horas de sueño, porque se echa unos rosquetes de impresión. No abre el ojo hasta su parada, pero eso sí, no se la pasa jamás, debe de tener algún tipo de sexto sentido que la avisa. Lo más alucinante es que es capaz de dormir en cualquier posición: sentada, de pie, aplastada contra la multitud cualdo el bus va lleno... Yo creo que en estos casos nos usa a los demás pasajeros de almohada.

-LA MADRE CORAJE. Esta señora vive unas tragedias que riéte tú de las aspirantes a drama queen que andamos sueltas por ahí. Cada viaje le cuenta el dramón de turno a otra pobre madre sufridora, que aguanta como puede la chapa que le está soltando y que siempre acaba con alguna frase contundente del tipo "A Dios pongo por testigo, que nunca volveré a pasar hambre". Sospechosamente, nunca es la misma madre sufridora la que soporta el rollo... me da en la nariz que las pobres víctimas han organizado turnos para librarse de los dramas el mayor número de días posible.

-EL ABUELO PROFESIONAL. En mi barrio hay muchos abuelos, pero este en concreto se dedica al servicio público. No sé si tendrá nietos propios pero desde luego nos ha tomado a todos los vecinos como nietos putativos. "Ciérrate el abrigo que hace frío", "Si llevas el bolso abierto te van a robar", "Cuidado con esos cordones que al final te los pisarás y te caerás"... Tiene consejos para dar y regalar.

-Y por último, la vecina estrella: BELÉN ESTEBAN. En serio, en mi barrio vive la doble de la Princesa del Pueblo. La doble de voz, digo, porque físicamente se parecen lo mismo que un huevo a una castaña. Pero si te dice "¿Me entiendes?" te parece que estás en pleno paltó de SÁLVAME DEstapesadilla. A esta le tengo que dedicar una entrada entera, porque se lo merece.

Y ya si eso dejo el repaso del resto de mis vecinos para otro día, que esto me está quedando muy largo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Cinefórum

Speedymum tiene muchas costumbres curiosas. Una de ellas es su manera de ver películas. Bueno, lo que hace ella se parece más a un cinefórum que a un visionado individual de un filme. Y enseguida vais a entender porqué.

En el Speedyhogar son poco asiduos a las nuevas tecnologías, así que en la sobremesa de las comidas familiares de los fines de semana la televisión convencional es la protagonista, nada de DVD's o ver series por Internet. Con la maravillosa programación que tenemos en este país, ya os podéis imaginar que un sábado cualquiera hay mil opciones entre las que elegir, a cual más novedosa: Pretty Woman, Robin Hood El Príncipe de los Ladrones, El Informe Pelícano, Lo que el Viento se llevó... Los últimos éxitos de las pantallas, vaya.

La Speedyfamily elige una cualquiera, que todos hemos visto un millón de veces, y empieza el cinefórum patrocinado por Speedymum.

-Esta ya la hemos visto, esta es la de la prostituta que acaba casándose con el guapo

-No mamá, esta es la de la periodista que descubre un asesinato.

-Ah, sí, ya me acuerdo.

(Pasan dos minutos)

-¿Este no es el moreno que han matado antes?

-No, este personaje es la primera vez que sale.

-Ah, sí, es verdad.

(4 minutos más tarde)

-¿Ahora va a venir un susto? Si va a haber un susto avísame, que no lo quiero ver.

-Mamá tranquila, que esta peli no da miedo.

-Ah, mejor.

(Al cuarto de hora..)

-¿Este es el marido de la rubia?

-No mamá, este es el policía.

-¿Qué policía? ¿Ya han empezado a investigar?

Y a todo esto, cada dos secuencias, ella pregunta: "¿Este es malo?" Lo pregunta sobre la prota, el novio de la prota, su padre, su vecino, el típico extra que sale delante de la casa de la prota paseando al perro... Para ella todos son sospechosos. Normal, deformación profesional después de toda una vida persiguiendo supervillanos...

El caso es que el cineforum lo empieza ella, pero en vista de que es imposible seguir la película, al final todos los miembros de la Speedyfamily se apuntan al carro haciendo aportaciones esenciales. Cada uno a su manera, claro.

-Sí ya, la prota se levanta por las mañanas así de peinada y pintada... no se lo cree ni ella.

-¡Venga! ¿Cuántos millones de balas tiene esa pistola? No ha recargado ni una vez en todo el tiroteo.

-¡Pero qué mal traducida está esta peli. ¿Elevador? ¿Cómo que elevador? Será ascensor.

-¿Te has fijado en las botas de la vecina de la prota? Son del estilo de las que me quiero comprar yo, pero las busco en marrón...

-Pues he visto unas en una tienda del centro...

-¡Shssssss, que no nos enteramos!

-Pero si la has visto mil veces, el malo es el abogado

-Ah, ¿si?

Después de toda la vida así, yo ya estoy acostumbrada a esta locura. Pero tenéis que ver la cara de las nuevas incorporaciones familiares, las parejas de las Speedysisters y Speedybrother. Los pobres flipan. No sé por qué...

jueves, 4 de noviembre de 2010

La fórmula de la Cocacola

Queridos lectores: la he encontrado. La fórmula de la Cocacola, la cuadratura del círculo, la Piedra de Roseta. La tengo y aunque podría patentarla, montarme en el dólar y retirarme para siempre, he decidido que os la voy a regalar. Porque os lo merecéis, por aguantarme. Así que aquí lo tenéis.

¿El qué? La receta mágica para montar un negocio con mínima inversión y máxima rentabilidad. Desde aquí quiero agradecer a la colección de jefes cabrones que he tenido en todos mis chungocurros y que me han dado las claves para elaborar este conjunto de recomendaciones infalibles. Como estas:

1-Necesitas trabajadores ¿pero quién ha dicho que tengas que pagarles? Coge un becario que todavía esté estudiando, un recién licenciado desesperado por entrar en el mercado laboral y un profesional que lleve dos años en el paro y que esté dispuesto a todo por un curro. Luego les sueltas el típico rollo: que si la crisis esto, que si los malos tiempos lo otro... y ya tienes 4 esclavos para lo que quieras.

2.-Deberías invertir en tecnología, pero ¿para qué? Quien necesita un mechero si se puede hacer fuego chocando dos piedras entre sí. ¿Que es mucho más difícil, da peor resultado y lleva muchísimo más tiempo? ¿Y a ti qué? Tu plantilla está formada de esclavos sin sueldo. Si para hacer su trabajo tienen que emplear toda su jornada laboral, su tiempo libre y sus horas de sueño, es cosa suya, no tuya. Total, les vas a pagar lo mismo...

3.-Como jefe que eres, ni se te ocurra hacer ninguna tarea concreta, aunque tus esclavos se mueran del estrés. Tú te ocupas de coordinar. ¿Qué luego sorprendentemente nada está coordinado? Oye, mala suerte, la vida es dura.

4.-No tomes ninguna decisión. Para eso tienes a tus esclavos. ¿Qué no cobran conforme a esa responsabilidad y que probablemente no están preparados para ella? A ti qué. Lo importante es que tú no tengas quebraderos de cabeza y SOBRE TODO tener siempre alguien a quien culpar cuando algo sale mal. Esto nos lleva directamente al punto siguiente.

5.-Pase lo que pase, culpa a tus esclavos. ¿Que por alguna conjunción planetaria lo que ha salido mal es justamente lo único que habías decidido tú? Da igual, es culpa de tus esclavos. Siempre.

6.-¿Buscar soluciones tú? ¡TURURÚ! Insiiiiiiiiisto, para eso ya están tus esclavos, que no tienen nada mejor que hacer. ¿Que te preguntan? Suéltales la palabra mágica: Apáñatelas.

En fin, queridos futuros jefes cabrones del mundo, como sé que sois tan vagos que ni habréis leído todo el texto, os resumo las recomendaciones en una receta infalible: morro a tutiplén, una cara más dura que el cemento armado y cero escrúpulos. Así éxito asegurado. Lo prueban la colección de chungocurros por los que he pasado yo. Y el algodón no engaña.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Mis primeros días en Capilandia

Hace un millón de años me trasladé a Capilandia para cursar los estudios de contadora de cosas. Como la Speedyfamily está repartida por toda España, también allí, yo ya había estado muchas veces en esa ciudad, pero se ve que no me había fijado lo suficiente, porque al principio parecía Paco Martínez Soria, incluida la boina. No hacía más que ver cosas y vivir situaciones que me dejaban de piedra.

Ni os quiero contar la cara que se me quedó el primer día que vi a un señor pedir una pistola en la panadería. Pensé que era un chiflado hasta que oí que la panadera le contestaba que sólo le quedaban pistolines. Vale, o estoy en la versión gastronómica de "Alguien voló sobre el Nido del Cuco" o la lista ésta le está vacilando a un tarado y nos va a meter a todos en un lío. Después me di cuenta de que nadie se había extrañado lo más mínimo por la escena y que el señor en cuestión se había ido tan feliz, con su pan bajo el brazo, de los que deduje que pistola era barra. Ver para creer.


Al principio tampoco podía andar tranquila por la calle. Los semáforos para peatones de Capilandia duran dos milésimas de segundo en verde y dos horas en intermitente, es decir, justo lo contrario de los que ocurre en Speedytown. Aquí estamos habituados a no empezar a cruzar si vemos que el muñequito semafórico parpadea, porque eso significa que no te a va a dar tiempo a llegar al otro lado de la calle sin que te piten. Inocente de mí, al principio aplicaba la misma máxima en Capilandia y cuando llevaba dos pasos y las luces parpadeaban, volvía la acera de la que había salido para que el rojo no me pillara en medio de la calzada. Eso implicaba dos cosas: que quedaba como una pava ante los lugareños, que por supuesto cruzaban sin un estrés ni medio y que tardaba el doble en llegar a mi destino, porque claro, cada cruce era un suplicio.


Pero sin duda las situaciones más surrealistas las viví a causa de malentendidos originados en el lenguaje. Dejando aparte todos los vocablos que se emplean sólo en Speedytown y que nadie más entiende (lo que da por sí sólo para un post) hay además muchas palabras que están cambiadas de género, de pronunciación e incluso de significado. Para los espídicos (gentilicio que se inventó Zorro, así le nombro y no tengo que pagar derechos de autor) que alguien tenga mollas significa que tiene michelines, que tiene lorzas. Sin embargo en Capilandia utilizan esa expresión para describir a un chico que está musculado, que tiene un buen físico. Ya os podéis imaginar lo flipada que me quedaba yo con los primeros cotilleos de la universidad.

-Tenéis que ver al cañón de 1ªC. Jo, qué tío, tiene unas mollas...

-Ya, bueno, cada una tiene sus gustos, pero me alegra comprobar que nunca discutiremos por un chico.

O esas primeras impresiones, que dejan huella

-Anda, ¿ha empezado a llover? ¡Estás chipiado!

-Y tú eres gilipollas.

-¿Perdona?

-Ah, que pensaba que chipiado era un insulto.

O esas primeras quedadas

-Llegas tarde

-Perdón, es que he cogido tres capazos.

-¿Y qué haces ahora comprando carritos de bebé?

-Quiero decir, que me he encontrado por al calle con tres personas con las que me he parado a hablar un rato.

A veces me entraban dudas de que viviéramos en el mismo país.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Yo de mayor quiero ser...

Hay profesiones que molan. Los típicos trabajos que crees que alguien tiene que hacer pero que no conoces a nadie que se dedique a eso. Y que piensas, "yo lo haría aunque no me pagaran". Por ejemplo:

-Probadora de colchones. ¿Todo el día tumbada? ¿Dónde hay que apuntarse?

-Catadora de chocolate. Soy una adicta, no hay nada que explicar

-Medidora del grado de diversión de un juguete. Ya estoy un poco crecidita para esto, lo sé, pero reconoceréis que es mejor que picar en la mina.

-Directora de casting, pero exclusivamente en el apartado de besos. Porque un actor no sólo tiene que ser guapo e interpretar bien, también tiene que besar decentemente, que si no las pelis romanticonas pierden mucho... Ah, que esta profesión no existe... Bueno, pues debería existir, ya le escribiré a quien sea para proponerlo.

-Los que deciden qué días son festivos y cuáles se trasladan para fabricar puentes. Quienes sean que se encargan ahora de esto son unos rácanos y unos tristes. Si me dejaran decidir a mí, todos seríamos un poco más felices.

-Creadora de tendencias de moda. A esto no querría dedicarme a jornada completa, pero les echaría un cable cuando se les va la cabeza. ¿Pantalones de pitillo? ¿Pero a qué lumbrera se le ha ocurrido llenar las tiendas de eso? ¡No le quedan bien a nadie!

-Visionadora de series que luego van a emitir las cadenas. Pero eliminando la parte aburrida de tragarme pestiños por si acaso. Yo, por contrato, les doy dos capítulos de tiempo. Si para entonces no me han enganchado.. ¡caput!

-Contestadora de encuestas. No es que me haga ilusión dedicarme a esto, pero es que quiero comprobar que realmente le preguntan a alguien, porque a veces salen una estadísticas que son de flipar, ¿no?

¿Y vosotros? ¿Qué querríais ser?